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Gestión de tesorería
Finanzas

Working capital al servicio del accionista

June 30, 2025

Generar valor en el tiempo, no puede entenderse sin considerar una gestión eficiente de los recursos financieros de la compañía, donde la optimización del capital de trabajo se convierte en un elemento clave, que actúa como el “termómetro” que ayuda a medir la salud financiera de la organización, a la vez que impulsa el retorno hacia los accionistas.

Si bien a menudo es considerado como un indicador más del área financiera, donde la participación del resto de la organización tiende a ser nula, esto no debería de ser así, ya que no deja de ser el “reflejo” de la eficiencia operativa de la compañía, para lo cual resulta necesaria una activa participación, en el seguimiento de su evolución.

De una forma simple, podemos definir al capital de trabajo como la diferencia entre los activos circulante (recursos disponibles a corto plazo) y los pasivos circulantes (obligaciones de pago a corto plazo) de una empresa. Representa la “sobre garantía” disponible para hacer frente al exigible más próximo, razón por la cual, también se lo conoce como “fondo de maniobra”.

Engranaje esencial entre gestión y estrategia

En este sentido, el capital de trabajo actúa como el engranaje esencial entre la gestión diaria y la estrategia financiera a medio-largo plazo de la compañía, permitiendo medir, en todo momento, tanto la solvencia operativa como la puntualidad a la hora de hacer frente a sus obligaciones.

Una gestión eficaz del “working capital” propicia disponer de los niveles óptimos de liquidez para la empresa, que dependerán del propio negocio y del ciclo de vida en el que se encuentre, como así también la posibilidad de reducir su endeudamiento, mejorar el rendimiento del capital y de esta manera, tender a incrementar el valor económico hacia los accionistas.

A la vez, funciona como un “colchón” financiero que protege a la compañía ante cualquier tipo de fluctuación no prevista o incidencias internas, como puede ser, la interrupción de una línea de producción, en el caso de una empresa industrial.

Equilibrio entre liquidez y tensiones financieras

El objetivo principal no deja de ser el poder establecer un “equilibrio” que permita evitar su “escasez” y, por lo tanto, generar tensiones financieras en el corto plazo, como así también, todo lo contrario, esto es, la existencia ociosa de liquidez que no pueda ser destinada a maximizar el valor del negocio, y por lo tanto, de sus accionistas.

Es por esto, que una gestión ineficiente del fondo de maniobra, puede llegar a paralizar el “corazón” de cualquier compañía, incluso si su aparente rentabilidad es alta.

Tanto es así, que en ciertas ocasiones, se genera un mayor valor vía una gestión eficaz del working capital, que a través de un incremento de los márgenes operativos, donde lo más importante a lograr, es el poder conseguir la mejor conversión posible de los activos en liquidez, como que la exigibilidad de los pasivos, sea lo más eficiente posible.

Conversión de beneficios en caja y valor al accionista

Optimizar el capital de trabajo permite en el tiempo, generar un “círculo virtuoso”, ya que reducir el ciclo de conversión en efectivo, facilita acelerar el retorno de las inversiones, y de esta manera tender a la mejora de la rentabilidad de la empresa.

Esto se traduce en la generación de un mayor nivel de flujo de caja libre (free cash-flow), el cual se podrá reinvertir en nuevos proyectos, amortizar deuda existente o bien distribuirse a los accionistas, vía dividendos o recompra de acciones.

Por lo tanto, mejorar el capital de trabajo no debe ser vista como una tarea “técnica” que debe de desarrollar de forma individual el departamento financiero, sino como una verdadera cuestión estratégica, puesto que, de forma directa o indirecta, impacta en el resto de la organización.

Nunca debemos de olvidarnos que “la caja siempre manda!!!”, por lo tanto, una mejora del working capital, implica una mejor conversión y gestión de la liquidez.

En otras palabras, la optimización del capital de trabajo representa, precisamente, la propia acción de convertir el beneficio en caja y la caja en valor para el accionista de forma sostenible en el tiempo.

Toni
Berga
Co-CEO @ Embat
Antonio Berga, Co-CEO de Embat, cuenta con una amplia trayectoria en finanzas corporativas, habiendo sido director ejecutivo de banca de inversión y banca comercial para empresas familiares en J.P. Morgan en España y el Reino Unido. Actualmente, se centra en ayudar a CFOs y líderes financieros a convertir la tesorería corporativa en una palanca estratégica para impulsar el crecimiento de medianas y grandes empresas.

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