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Gestión de tesorería

5 grandes estrategias para optimizar la gestión de la tesorería

October 31, 2022

Artículo de opinión de Carlos Serrano, cofundador de Embat, publicado en Emprendedores, que recoge cinco estrategias para optimizar la gestión de tesorería corporativa. Recoge un extracto de nuestro Libro Blanco en el que abordamos en profundidad estas acciones. Puedes descargarte el eBook aquí.

El impacto estratégico y operativo que los equipos financieros generan en empresas u otras organizaciones se mide a partir de los recursos humanos y monetarios empleados en tareas de alto valor añadido que soporten el crecimiento del negocio y los objetivos estratégicos

Ejemplos como la optimización del capital circulante, la definición de la estructura de capital óptima o procesos de reporting en tiempo real para apoyar decisiones de negocio, entre otros, son ámbitos donde verdaderamente  pueden marcar la diferencia. El objetivo final de cada equipo financiero es muy similar y pivota alrededor de la misión de dotar a la actividad operativa de los recursos financieros necesarios para el correcto transcurso de las actividades, así como para acometer proyectos de crecimiento que garanticen la sostenibilidad futura de la organización.

La tecnología como palanca

El uso de la tecnología resulta imprescindible para alcanzar esa meta. Gracias a ella, se automatizan y sistematizan procesos y se eliminan errores en tareas con menor impacto o de carácter más administrativo. De este modo, se liberan recursos para que los equipos financieros puedan explotar todo su potencial.

Ciertamente, la disrupción tecnológica ha impactado a todas las áreas de una organización, si bien la función financiera ha tenido un proceso de adopción más pausado y no precisamente por la ausencia de soluciones innovadoras. Existen plataformas en las que los equipos financieros pueden apalancarse en una gestión de tesorería automatizada, eficiente y segura para elevar el impacto en sus organizaciones y sobreponerse a los principales retos a los que se enfrentan en su día a día.

La denominada Cuarta Revolución Industrial aporta soluciones tecnológicas en la nube de automatización, inteligencia artificial, analítica de datos y blockchain, que ayudan a tener visibilidad holística y prospectiva, y actúa como nueva palanca para dotar de inteligencia y eficiencia a los equipos financieros a través de novedosos habilitadores tecnológicos.

Este es el camino para salvar las principales necesidades de los equipos financieros en la actualidad, como es la visibilidad global de la liquidez en tiempo real, la automatización de reporting financiero personalizado para tomar decisiones de negocio informadas o la capacidad de llevar a cabo un ejercicio de presupuestación y previsión de tesorería fiable, entre otros.

Cinco estrategias de gestión de tesorería

En los tiempos que corren, cuando los equipos financieros trabajan con datos en tiempo real, previsiones fiables, sistemas transaccionales integrados y herramientas de simulación, el impacto en la organización se multiplica y los objetivos estratégicos se vuelven más tangibles.

Tal y como avanzaba, la tecnología permite a los equipos financieros llevar la gestión de tesorería corporativa al plano de acción de más alto nivel en sus organizaciones. Y gracias a ella se pueden llevar a cabo cinco estrategias para maximizar el impacto de la mano de software avanzado.

1. Disponibilidad de los datos y visibilidad en tiempo real

Todavía hay muchas organizaciones que invierten mucho tiempo en la recopilación de datos de forma manual, acción, por otra parte, propensa al error humano. También en el procesamiento y la comunicación de conclusiones analíticas a stakeholders relevantes. La necesaria agilidad en la gestión obliga a automatizar la información y a disponer de ella en tiempo real para tomar decisiones más rápidas y fundamentadas en datos objetivos.  

2. Hiperconectividad de información entre sistemas

Para equipos financieros de empresas con actividades operativas de distinta índole o procesos operativos complejos, resulta muy complicado centralizar toda la gestión financiera en sistemas únicos y requieren de plataformas externas especializadas que permitan optimizar cada parte del proceso. Para que la convivencia de distintos sistemas tenga sentido estratégico, hay que asegurar la interconectividad entre ellos. La evolución del almacenamiento en la nube es el gran catalizador de esta tendencia, aportando una conectividad ágil e instantánea con la que llevar la eficiencia a un nivel superior.

3. Automatización y estandarización de procesos operativos

La automatización y la estandarización de los procesos de tesorería facilitan el cumplimiento de requisitos regulatorios, tareas de back office, auditorías y rendición de cuentas. Además de reducir las posibilidades de errores humanos y la carga de trabajo manual. De esta manera, los profesionales del área ahorran tiempo y recursos para dedicarse a funciones más estratégicas.

4. Proactividad en la gestión de riesgos y control del fraude

Las continuas amenazas de riesgos de fraude, ataques cibernéticos o fugas de información obliga a ser proactivos y no reactivos en la gestión y detección de los mismos. La anticipación es la técnica más fiable para mitigar el potencial impacto en empresas y organizaciones, lo que requiere de una monitorización ininterrumpida de los flujos de caja no solo a corto plazo, sino también a medio-largo plazo.

5. Entornos colaborativos para facilitar la interacción de equipos multidisciplinares

La complejidad y sofisticación de los procesos financieros requieren la colaboración y el trabajo de equipos multidisciplinares, ya sean internos o externos, en cada una de las estrategias. A medida que la automatización de procesos y la inteligencia artificial van asumiendo tareas repetitivas y/o que no son productivas, los equipos financieros necesitarán potenciar y poner en valor sus servicios de mayor calidad, que generalmente conllevan la interacción de equipos multidisciplinares.

Los equipos financieros tienen que repensar su rol, su manera de trabajar, tanto en lo que se refiere a la aportación de valor al negocio, como a sus propias operaciones reforzando la colaboración entre equipos internos o externos. Los departamentos de tesorería que antes se adapten al nuevo escenario podrán gestionar mejor sus riesgos, aprovechar al máximo las nuevas oportunidades y reforzar su propio crecimiento.

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